Después de varios meses sin ver el mar y eso viniendo de una isla no se lleva nada bien, mis padres nos regalaron un fin de semana en un pueblo con mar. De ahí el nombre de esta entrada.
Nosotros elegimos Montañita, está en la costa de Ecuador y por ahí pasa la carretera de la Ruta del Sol o Ruta del Spondylus. Está a unos 200 km de Guayaquil. Se puede llegar en bus desde Quito, pero son bastantes horas. Nosotros fuimos en coche y tardamos unas 7 horas en hacer el trayecto desde Mindo, que es donde vivíamos en aquel entonces.
Muchos turistas visitan Montañita, ya sea por sus olas que atraen a muchos surfistas, de hecho se celebra algún campeonato en la zona. O bien, por su ambiente hippie y bohemio que caracteriza la mayoría de sus calles.
Hay gran variedad de hostales donde alojarse. La gran mayoría siguen conservando el estilo rústico a la hora de construirlos (madera, caña y paja). Los precios oscilan entre los 30 y 80 dólares por noche y habitación. Nosotros decidimos quedarnos en la zona conocida como Surf point, es más tranquila si lo que quieres es descansar, pero puedes llegar al centro caminando por la playa en 5 minutos. Nuestro hostal se llamaba Rosa Mística y pagamos 50 dólares por noche con desayuno incluido. Estaba en la playa, en primera línea. En el restaurante se comía genial, muy recomendable. Hay muchos hostales con la misma situación que este y al mismo precio, pero si aconsejamos reservar con algo de tiempo. Estuvimos tres noches, en Montañita se va a descansar y estar tirado en la playa o de fiesta (si no haces surf), así que creemos que es más que suficiente con tres días.
Uno de los días aprovechamos para ir a Olón, es un pueblito que está al lado y la zona es mucho más tranquila. Hay una playa enorme y aunque algunos dicen que el agua es mucho más limpia en esta zona, nosotros no notamos diferencia.
Otra de nuestras visitas fue al Parque natural de Los Frailes. Puedes ir en coche propio o contratar la excursión en Montañita, la bicicleta es otra opción para aquellos que estén en buena forma. En esta playa el agua sí que era más limpia. Se veía como un arrecife que seguro que estaba genial para hacer snorkel, pero no fuimos preparados para ello.
El resto del tiempo lo pasamos en la playa o tomando una cerveza, que es lo que pega en Montañita. Nos gustó mucho el ambiente del lugar y creemos que hay por todos los gustos, desde aquellos que quieren fiesta día tras día hasta los que prefieren descansar y algo más de tranquilidad.