La verdad es que del resto de Australia no hay mucho que contar…
Despues de la Gran Barrera quería visitar Fraser Island, pero no pude porque… si, acertaron, estaba diluviando! Fraser Island es la isla de arena blanca más grande del mundo y por las fotos que he visto en internet debe de ser la leche. En el mar no te puedes bañar porque las playas están llenas de tiburones de los que hacen pupita, pero no importa, porque el agua se filtra a través de la arena y se forman lagos de agua cristalina, cada uno con su playita y rodeados de palmeras y selva tropical. Vamos, un paraíso, que de hecho es como la llaman los aborígenes.
En la oficina de turismo me dijeron que ver Fraser con lluvia es también muy bonito (claro, que te van a decir). Sin embargo yo no tenía demasiadas ganas de empaparme dentro de una tienda de campaña, así que tras 2 días de espera, y viendo que el tiempo no mejoraba, seguí rumbo al sur.
En mi siguiente parada, Noosa, me encontré con mas lluvia todavía y lo mejor de mi visita fue meterme en el cine a ver los Piratas del Caribe 8, y mira que es una de las pelis mas malas que he visto en mi vida! Pero bueno, vamos a no hablar tan mal de Noosa. Al día siguiente salió el sol y pude admirar su preciosa playa. Mi intención era hacer surf, pero las condiciones eran algo extremas: en una de las playas había 0 olas y en la otra olas enormes y demasiada corriente. Quizás mas al sur…
Brisbane es la capital de Queensland y la tercera ciudad más grande de Australia. Da igual lo que digan las cifras; para mí que sigue siendo un pueblo, eso sí algo crecidito de tamaño. Ahí me dediqué a comprar algo de ropa. Lamentablemente tuve que pillarme un bañador nuevo porque el mío, que tantos veranos me ha acompañado (desde los 17 años!) me lo dejé olvidado en la plataforma del arrecife :-(((. Otra actividad que me mantuvo ocupado en Brisbane fue escuchar la lluvia caer sobre el techo de la furgoneta.
Siguiente parada: Surfers Paradise. Un nombre bastante peculiar para una ciudad. Las playas al sur del centro tienen fama internacional. Son kilómetros y kilómetros de arena blanca! Las olas que vi en las postales eran preciosas, pero nada que ver con las que había en el agua. Además al día siguiente… si, adivinaron, volvió a empezar a diluviar. Seguimos hacia el sur… Tanto seguir hacia al sur estaba empezando a darme algo de fresco por las noches, pero aún se soportaba bien.
Byron Bay, mi primera parada en el estado de New South Wales, resultó ser un sitio bastante interesante. Es un pueblito con un ambiente mitad surfero mitad hippi y te ves viajeros de todos lados, la mayoría jóvenes, pero también rondaban por el pueblo viejas glorias de los años 60-70. Aunque por estas latitudes hacía ya bastante fresco conseguí por fin alquilar una tablita y meterme un par de horas en el agua. Las olitas no estaban mal.
El único problema que le vi a Byron Bay es la policia local. Hay un policía en cada esquina, lo cual no me importaría si no fuera porque son policias australianos de pueblo, es decir, semi-nazis. Tuve un pequeño encontronazo con uno de ellos: el primer día pagué un camping para aparcar, poder ducharme, etc. Pero la regla general que llevaba era dormir en un camping día sí día no. Lo de “día no” se convirtió en Byron Bay en un pequeño problema porque en casi todas las calles estaba prohibido aparcar de 1AM a 5AM, es decir, la cosa estaba diseñada descaradamente para forzar a la gente que viaja en caravana a pagar un camping.
Sin embargo encontré una callecita sin cartel de prohibido aparcar. Además era una calle sin salida muy tranquila, así que no me lo pensé 2 veces. Aparqué la furgo delante de una escuela pensando que era el sitio más apropiado por no haber gente (que avise a la policia). Bueno, dormí a pata suelta, pero a eso de las 6 AM empecé a sentir alguien dando golpes en el cristal de la furgo. Me desperté dando un grito del susto. Cuando abro la puerta me encuentro con un policía con cara de pocos amigos:
– Que haces aquí?
Yo quise responder algo así como “bailando el julajó”, pero me corté un poco. Así que a pregunta redundante, respuesta redundante:
– dormir
– Aquí no se puede dormir!
– Yo no vi ningún cartel en esta calle que lo prohibiera así que pensé que se podía
– No podemos poner un cartel en cada esquina! No se puede dormir en ninguna calle y la multa es de 150 dólares! Además, que van a pensar los niños cuando vengan a la escuela y les vean?! [… a un gitano saliendo de una furgoneta]
Bueno, al menos el tipo no me cobró la multa. Pero nuestra conversación describe bastante bien el modo de pensar de los australianos de pueblo, creo yo.
Esa mañana decidí largarme de Byron Bay porque las olas ya no estaban tan bien y además el cielo volvía a encapotarse… Puse rumbo a Sydney, pero por una ruta alternativa: la autopista de Nueva Inglaterra, que está a unos 200 km de la costa.
Pero antes de meterme tierra a dentro fui a almorzar a un pueblillo costero a unos 10 km al sur de Byron. Ños! Ahí si que habían olas perfectas! Y chiquitos máquinas que había en el agua! También se metieron dos niños de unos 10 años que yo pensaba que se iban a ahogar nadando hacia afuera. Cual fue mi sorpresa cuando los niños no sólo no tuvieron problemas para atravesar las olas, sino que luego resultaron ser igual o incluso mas máquinas que los demás!
A mitad de camino hacia la autopista de Nueva Inglaterra, esa noche dormí en un triste parking detrás de una gasolinera. Al día siguiente era mi cumpleaños y todo apuntaba a que iba a ser una jornada gris, aburrida y fría… Muy fría! Esa noche mi saco de dormir de hasta 15 grados y la mantita de la furgoneta no fueron suficientes. Y me esperaba una subida de 1000 metros al día siguiente!
Pero estaba equivocado. Aunque fuera el cumpleaños más frio de mi vida, la cosa no estuvo nada mal! El recorrido planeado resultó ser precioso y el sol me acompañó todo el rato. La carretera subió las montañas hasta llegar a una zona de parques naturales a base de cascadas, gargantas, bosques y unas vistas preciosas. El paisaje se parecía bastante a Austria.
Vi canguros: una hembra y 2 machos peleándose por ella a piñazo limpio. Tan ocupados estaban a su rollo que no se asustaron al verme y siguieron dándose de leches. Por la noche aparqué en el camping de uno de los parques. Esa noche decidí que tenía que ponerle una solución al tema del frío porque llegamos a los 0 grados!
A la mañana siguiente lo primero que hice fue parar en el siguiente pueblo para comprar algo de ropa de abrigo. Cuando llegué a Armidale resultó que todo estaba cerrado menos el supermercado. El lunes 11 de Junio? No puede ser. Por que? Cuando vi el periódico en el supermercado me di cuenta del porqué. El cumpleaños de la reina de Inglaterra! Resulta que también es la Jefa de Estado de Australia :-pppp Y ahora? A seguir pasando frío por culpa de la reina?
Gracias a Dios en los supermercados de Australia tienen de todo. Me pillé un pantalón de chandal y un jersey peludo por 20 euros. Salvado! Por el periódico también me enteré de que había habido tormentas fuertes por la zona donde quería ir hasta Sydney y que gran parte del area estaba inundada, con gente que se había quedado sin casa, autopista cerrada, etc. Así que decidí esperar un día en Armidale para ver si se calmaba la cosa.
Gracias a Dios la cosa se calmó y abrieron la autopista. Para cuando llegué al Hunter Valley apenas se veían restos de las inundaciones (ayudó también que la zona por la que pasé no fue la más afectada). El Hunter Valley es una región vitícola que nada tiene que envidiarle a La Toscana. Precioso!
Mi última parada antes de llegar a Sydney: las Blue Mountains (Montañas Azules), están a 100 km de Sydney y son azules porque los eucaliptos segregan una especie de sustancia que hace que las montañas parezcan azules. Llegué justo a tiempo de hacer un par de fotos antes de que la nube de turno se metiera en las montañas y no dejara ver nada durante unos cuantos días. No esperé tanto. Al segundo día seguí rumbo a Sydney.
Sydney ya sí que no es sólo un pueblo grande. Es una auténtica ciudad y de todos los sitios que he visto en Australia es donde único me podría imaginar ir a vivir. Muchas partes de Sydney recuerdan a Londres, sobre todo la parte más antigua (The Rocks). Me quedé en un hostal que estaba muy bien, con habitaciones de 4, tele con DVD en cada habitación, cocina, etc. Vamos, un paraíso comparado con la furgona!
Mi valoración de Australia: la ruta del Outback fue genial. Mucho mejor de lo que yo me esperaba. Sin embargo me pareció que me equivoqué viajando a la costa Este. Quizá fuera también debido al tiempo. Con buen tiempo podría haber hecho más el vago tirado al sol en alguna playa, hacer más surf, ver Fraser Island, etc. Pero creo que si hubiera ido a ver la costa oeste, que dicen que es como viajar por el Outback pero con mar y playas preciosas, habría acertado.
En cuanto a mis posibles intenciones de irme a vivir/trabajar a Australia. Se me han quitado las ganas. Sydney es el único sitio donde podría imaginarme pasar un par de años, pero para eso me voy a Londres, que está más cerca!