El curso de cocina en la escuela Baan Thai estuvo interesante. Para empecé cometiendo un gran error: desayunar antes del curso. Y es que no caí en que todo lo que íbamos a cocinar también había que comérselo después.
Modestia aparte no me esperaba que un tío tan nulo cocinando como yo pudiera marcarse unos platos tan alucinantes jeje. De primero fritura de anacardos con pollo y salsa de ostras; de segundo sopa de leche de coco con pollo; de tercero curry rojo con arroz y de postre tortitas de pescado. ¡Buahh! ¡Que bueno que estaba! Además los ingredientes los vas a buscar tú mismo al mercado. ¡Toda una experiencia!
Esa misma tarde reservé en el hotel un tour de 3 días de trekking por el parque nacional de Doi Inthanon, que es la montaña más alta de Tailandia. El tour incluye un paseo en elefante el primer día y “bamboo rafting” al final. Se duerme y se come en los poblados de las tribus del norte.
Tendríamos que haber estado de vuelta hoy por la tarde, pero el frío pudo con nosotros. Estábamos sólo a 1000 metros y casi nos congelamos por la noche, así que decidimos no subir a 2000 para no tener que hacer noche allá arriba, o sea que acortamos un día. ¡Aún así el trekking estuvo increíble! Imprescindible hacer uno de esos si se visita el norte de Tailandia.
Nuestros 2 guías resultaron ser un vacilón. El señor Jimmi White (izq) y el señor Poe (dcha), los dos de 22 años. El señor Poe es por lo visto licenciado en “Guía Turístico”. Los dos le pegaban duro a la cerveza Chang (6,8%), así que enseguida se pusieron a tono y empezaron a bailar y a contar chistes alrededor de la hoguera. Se llamaban el uno al otro “ladyboy”, que es como les llaman en Tailandia a los transexuales jeje.
El parque era todo selva tropical. Visitamos, dormimos y comimos en poblados de la etnia “karen blanca“. Son gente autosuficiente que solo necesitan el dinero para financiar la escuela y el médico. Se llaman “blancos” porque sus mujeres visten de blanco hasta que se casan (algunas ya a los 14). Sus rasgos faciales son distintos de los thai normales. ¡Son muy guapos/as! Bueno, el señor Poe nos contó de todo acerca de ellos.
Las cascadas eran muy bonitas, aunque no muy altas. Visitamos 2 y en ambas se podía nadar. Todos decían que el agua estaba demasiado fría para meterse y la verdad es que algo fría sí que estaba, pero yo nunca me había bañado en una cascada, así que ¡pa’ adentro! La segunda cascada tenía una playita detrás de la caída de agua y te podías meter debajo del “grifo” en plan talasoterapia.
Mañana ya me voy de Chiang Mai, rumbo a la frontera con Laos y al día siguiente dejaré atrás Tailandia (de momento).
[Actualización: en el 2014 hicimos otro trekking por la zona de Chiang Mai. Puedes ver la entrada del blog aquí].