Estoy en Vientián, la capital de Laos. Se parece a Arrecife, la capital de Lanzarote. Incluso cuando paseas por el malecón del Mekong parece que estás paseando por el parque Islas Canarias. Al otro lado del río está Tailandia.
Aquí no hay mucho que hacer, la verdad, pero hay que quedarse 4 días a la espera del visado para Vietnam.
Como era de esperar me crucé por la calle con los amigos franceses Guy, su hijo Tom y Dominique. Así que quedamos para cenar anoche en plan despedida, ya que de aquí saltan a Tailandia y ya no nos veremos más, al menos en este viaje. ¡Una pena! Fuimos a cenar a un restaurante hindú de la calle del Mekong que ¡estaba increíble! Pagamos el equivalente a 1,80 euros (incluyendo cerveza) y nos hartamos a comer [nota: repetimos en el 2014 y ya no estaba tan barato, pero la comida sigue siendo buena].
Visité los puntos más interesantes de la ciudad: la réplica del Arco del Triunfo (Patuxay), el Wat Sisaket y el mercado mañanero. ¡Impresionante este último! Es un recinto enorme cubierto por lonas casi en su totalidad donde hay de todo. Bueno, de todo menos un cargador para mi portátil, que es lo que andaba buscando.
Ahora dentro de un rato iré a ver el monumento mas venerado por los laosianos: la estupa Pha That Luang.
¡Hace una calor asfixiante! No paro de sudar del bochorno que hay. Todas las tardes cae tormenta. Hoy por la mañanita fui a visitar el Buddha Park: un parque lleno de estatuas de Buda y también de estatuas hindús. Saqué algunas fotos interesantes. Pero lo más interesante fue pillar el bus local para ir y volver. La ida fue normalita, pero la vuelta ¡ufffff!
¡Y poco más que contar de Vientán! Mi próximo destino, el más sureño que visitaré en Laos: Savannakhet.
Puedes leer información más actualizada en nuestro viaje a Vientián en 2014.