Las famosas ruinas de Chichen Itza son candidatas a una de las nuevas 7 maravillas del mundo. La votación final creo que era precisamente hoy, así que igual quedó maravilla número 1… El complejo maya está a 50 minutos de Valladolid. Gracias a Dios madrugué para verlas y a las 8:30 ya estaba en la puerta. Retrasarse 1 hora más hubiera significado sufrir la invasión de las hordas de turistas y además unos cuantos grados buenos más.
La mayor atracción de Chichen Itza es su famoso Castillo: una pirámide bastante alta que se conserva de forma espectacular. Además, durante los solsticios, la luz del sol forma un conjunto de sombras que crean la ilusión de un cuerpo de serpiente reptando, siendo la cabeza una estatua que esta a los pies de la pirámide. Por supuesto, también durante los solsticios hay mucha más gente en Chichen Itza que en la maratón de Nueva York. Los mexicanos vieron enseguida la gallina de los huevos de oro y ahora todas las noches hacen una simulación del solsticio con unos focos enormes.
A mí personalmente me defraudó bastante Chichen Itza. Sí, la pirámide está muy bien, pero es quizás lo único que verdaderamente impresiona. Además no se permite ya ni subir a la pirámide ni entrar a ninguna de las ruinas, lo cual me parece bien, pero la experiencia ya no es lo mismo, ya que sólo te puedes dedicar a ver los edificios desde fuera.
Mérida es la ciudad más grande de la península de Yucatán. El Zócalo es muy bonito. Tuve la suerte de dejarme caer durante el fin de semana, que es cuando la gente se echa a la calle durante 48 horas seguidas. Se organizan mercados en la plaza, se cierran las calles del centro y CADA restaurante monta su pequeño kiosko de música en vivo, generalmente de pachanga. A la media hora ya está todo el mundo bailando en la calle, es impresionante!
Mi hostal estaba además justo en el Zócalo (Hostal Zócalo, por supuesto). Es una casa colonial del siglo XVI que sus dueños están renovando poco a poco. La casa es preciosa. Lo único que no me gustó del hostal fue el WC comunitario. No tenía puerta, sino una cortina! Pero por supuesto sólo el de señores; el de señoras sí era con puerta :-p
En Mérida estuve en el cibercafé más rápido del viaje! Aproveché para subir todas las fotos pendientes. En menos de una hora!
Yo no sabía que “campechano” es el “habitante de Campeche”. Pero bueno, los campechanos también son dignos del otro significado de la palabra. Son gente muy agradable, de ritmo no demasiado acelerado. Durante el siglo XVII, Campeche se vio asediada por piratas. Uno de los últimos ataques fue debastador. Los verdaderos piratas del Caribe unieron sus fuerzas para arrasar la ciudad y de paso a sus habitantes. Después de eso, el gobierno español levantó una muralla alrededor de Campeche que convirtió la ciudad en una fortaleza inespugnable. Gran parte de la muralla aún sigue en pie.
Pero no es la muralla y sus baluartes lo mas atractivo del pueblo, sino sus casas, la mayor parte de ellas exquisitamente restauradas según su estilo colonial original. Campeche es patrimonio de la Unesco. Fue un verdadero placer pasear por unas calles tan hermosas y a la vez tan llenas de historia.
Con Campeche acabé mi ruta yucateca y ahora estoy en Palenque, estado de Chiapas, probablemente de los mas pobres de México, pero también de los mas bonitos.
Chiapas está prácticamente cubierto de selva tropical y en Palenque hay unas ruinas maya impresionantes. Aunque no estén en la lista de maravillas del mundo, para mí que son más espectaculares que las de Chichen Itza. Es verdaderamente como estar en una peli de Indiana Jones, porque muchos de los edificios están totalmente metidos entre los árboles. Además se permite la entrada en varios de ellos, por lo que se puede apreciar mejor cómo vivían estos señores.
Además de las ruinas, hay cerca de Palenque una serie de cascadas de las que cortan la respiración. Las de Misol-Ha son preciosas, pero ya cuando ves las de Agua Azul dices ñosssss! Son como unos 7 niveles de saltos de agua seguidos. Aunque el agua estaba un poco marrón porque es época de lluvias, yo me bañé. Estar un rato sentado sobre una piedra entre las cascadas es algo que recomiendo como terapia contra el estrés jeje. Sales del agua totalmente relajado!
La visita a las cascadas las hice con un tour que me recomendó Margarita, la dueña de las cabañas donde me estaba quedando. Ella dice que no es aconsejable ir por libre porque el bus te deja algo lejos y tienes que atravesar un camino por la jungla que está lleno de bandidos. A ella de hecho le atracaron ya una vez. Es una pena que no puedas pasear tranquilamente por medio de esta naturaleza tan impresionante.
La carretera que va hacia las cascadas pasa por unos cuantos ejidos (comunidades indígenas) y pueblos que a la entrada tienen un cartel que pone “Está entrando usted en territorio zapatista”. Cuando paras a ver las cascadas enseguida tienes arriba a 5 o 6 niños maya con racimos de plátanos diciéndote “compra banana”. Llama la atención que por estas tierras muy pocos mayas hablan español bien o en absoluto y todos tienen un acento bastante curioso. Cuando hablan maya entre ellos suena algo así como gallego, con muchas equis, que ellos pronuncian como el sonido “sh” en ingles.
Ah! Y del conductor de la furgona, decir que debió sacarse el carnet en una autoescuela vietnamita. Chiquito kamikaze!
De vuelta en mi cabaña en el medio de la jungla sólo quedaba pasar el resto de la tarde relajándome en mi restaurante favorito “Don Mucho” al ritmo de son cubano, mandándome una pizza Selva y un par de pares de Coronitas. Ésta ha sido la tónica de los últimos 3 días y sobra decir que he hecho la vista gorda en cuanto al presupuesto diario…
Un saludo desde Palenque!